lunes, 22 de noviembre de 2010

Negocio con futuro y la Generación Y

La aerostación, es decir, navegar por medios más ligeros que el aire es un negocio en alza. Los globos sonda, pertenecen, además de los dirigibles y los globos tradicionales, a esta categoría de la aeronáutica. Y digo que es un negocio en alza porque ya no es sólo el gobierno quién lanza globos para ver cómo respira el pueblo, ahora también lo hace la RAE.


A algunos de sus sesudos académicos les ha parecido que hay que hacer una serie de cambios urgentes en el lenguaje. Como dice Don Arturo Pérez Reverte, ellos sólo hacen de notarios de cómo se utiliza el castellano. Sus colegas (estoy seguro que a él se le han revuelto los higadillos) han debido percatarse del clamor popular a favor de que la “Y” pase a llamarse “ye”. No parece que hayan hecho lo mismo con la “J”, que pasaría a llamarse “jo” y la “Ñ” que sería “ñe”, entre otras peticiones de la masa cultural española.

Ello facilitaría que para decir “Jo, tía, que guay” o “Leñe, que t’arreo con el callao”, en los teléfonos móviles pudiera ponerse “J t q gy” o “ L’ñ q t’rro kn l kllao”, mucho más culto, produce ahorro en el lenguaje y sobre todo, más adaptado a las nuevas tecnologías. Porque esa es otra: ya no habrá que poner una tilde en la siguiente expresión: “5 ó 6 chorbos estaban en el WC de la disco”. Ahora, con los ordenadores, se distingue entre los orondos “0”(cero) y “o” (o). Claro, porque ya nadie escribe a mano, salvo ser un retrógrado, un fascista o el dueño de una fábrica de lápices o bolígrafos.

Lo bueno del asunto es que parece ser que la cordura se impone y la RAE, o al menos los descerebrados aerostatistas, se van a echar atrás y la cuestión de la “Y” quedará en nada. Y es una pena, porque yo aspiraba a ser parte de la generación Y, y voy a tener que conformar con seguir siendo un Ye-ye.

martes, 16 de noviembre de 2010

El Sansón de Extremadura

Siempre me ha fascinado que el Sansón de Extremadura no fuera más conocido. Éste fue un militar español de los siglos XV y XVI, al servicio Fernando el Católico y de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.

Este trujillano participó en la toma del Reino de Granada desde 1483, donde se significó por sus proezas. Allí se hizo amigo del Gran Capitán, a cuyas órdenes estuvo en casi toda su carrera militar.

Una vez finalizada la toma de Granada fue a Italia, donde fue guardaespaldas del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borja) y capitán de las tropas del hijo de éste, Cesar Borgia. Tras un lance de honor en la que cortó de un tajo la cabeza de un capitán italiano, dejó a los Borgia para ofrecer sus servicios mercenarios a otras familias nobles de aquel país.

Marchó, bajo bandera española a Grecia, donde participó en el sitio de Cefalonia, donde cayó preso y fue liberado por el Gran Capitán, no sin antes haber resistido él solo, durante tres días, el asedio de los turcos, de los que se llevó por delante a una buena cantidad, en una gesta en la que demostró de nuevo su gran potencial físico.

En 1501 volvió a estar al servicio de César Borgia en la conquista de la Romagna (donde coincidió con Da Vinci, en su faceta de ingeniero militar) y posteriormente de Fernando el Católico, en la segunda campaña de Nápoles. Participó en batallas como las de Garellano y Ceriñola, que darían nombre a sendos regimientos de infantería española (el de Ceriñola nº 42 prácticamente exterminado en el desastre de Annual).

Tras las campañas de Italia volvió a España con el título de marqués de Colonetta, otorgado por Fernando el Católico en reconocimiento a sus meritos. Duraría poco tiempo esta situación, pues las intrigas cortesanas contra Gonzalo Fernández de Córdoba le obligaron en numerosas ocasiones a batirse e incluso a retar ante el rey a nobles italianos (que no osaron aceptar el reto). El desencanto con el rey Católico le llevó a enrolarse como corsario, y acabando en prisión tras ser apresado en Cerdeña.

Con el perdón real participó en la conquista del norte de África (Trípoli, Orán, etc), en la aniquilación del ejército de Venecia en la batalla de Vicenza, además de en la famosa batalla de Pavía donde se hizo preso al rey de Francia.

Durante los actos de coronación de Carlos I, en Bolonia ya con el grado de coronel, murió a consecuencia de la caída de su caballo en una exhibición ecuestre. Su fama es reconocida por Cervantes en El Quijote, comparándola con El Cid, Viriato o Alejandro Magno. Los restos de este forzudo leal se encuentran en Trujillo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El Papa por el Litoral

Los vecinos del barrio de Sagrada Familia no abren boca. Me parece curioso que no se quejen del follón que se montará este fin de semana en Barcelona, con 16 manzanas del ensanche de Barcelona tomados por las fuerzas de seguridad para que Su Santi esté bien seguro en su visita al templo de la Sagrada Familia. Tal vez no sepan que no podrán hablar por el teléfono móvil, porque estará lleno de inhibidores de frecuencias, seguramente tampoco verán la tele (lo que no es en si malo) y que para llegar a sus hogares se las verán y desearán, si es que pueden hacerlo durante la visita.
Se me ocurre que los vecinos, esos que se quejan del AVE con su eslogan "El AVE por el Litoral", no lo hacen ahora porque algunos de ellos van a hacer su agosto en pleno noviembre alquilando ventanas, balcones y terrazas (He visto un anuncio que pide 3000€ por una mañana en un balcón “privilegiado” frente a la basílica). Cosas vederes.