La justicia no es un cachondeo, es una MIERDA (con mayúsculas). La corrupción en nuestro país ha ido mutando, desde los especuladores a los magistrados. Desde los mediamierda que se ponen del lado de las empresas en los juicios laborales (la mayoría) a los que han ido liberando de toda culpa a los políticos del PP y sus redes mafiosas, véase Gürtel, Fabra, Camps-Costa, Palau de la Música, etc, etc. Ahora, en su línea de cubrirse de gloria siete canallas han crucificado lo que quedaba de justicia, han condenado a Garzón. Es el precio de no entrar en la mafia judicial. Pero eso ya se podía intuir, y aún le quedan dos causas más, una en la que los asesinos, padres de los políticos de extremo-centro que nos gobiernan van a darle otra cornada al Magistrado y por último la aún pendiente de la financiación de su estancia en Nueva York. ¿A qué estamos esperando?