Cuando alguien tiene una deuda de 3.000 € con un banco, tiene un problema. Cuando su deuda es de 3.000.000 €, es el banco el que debe empezar a tener sudores fríos.
Algo similar le pasa a Alemania. Sus bancos se han dedicado a financiar a la banca de media Europa y ahora están nerviosos ante la posibilidad de que su negocio de usura se convierta en una ruina. Lo malo es que en vez de tratar de tranquilizar los mercados financieros para que sus deudores puedan pagar, se dedican a removerlos y a crear incertidumbre, por lo que tal vez tengan que comerse la deuda por más tiempo del que se creen.
Esto pasa porque esa entelequia a la que llamamos Europa no existe. Bueno, en realidad ha existido mientras algunos han podido hacer negocio con sus socios: me refiero a los alemanes (que han aprovechando el tirón para mejorar sus exportaciones), los franceses (que, por ejemplo, han conseguido destruir los sistemas productivos de lácteos, pesca o agricultura del resto de Europa para imponer los suyos) y los ingleses, cuya economía sólo es comparable a su gastronomía y su gusto en el vestir, que se ríen desde la barrera, desde fuera del euro. Y todo esto lo han conseguido pagando en fondos FEDER y similares, que han sido pan para hoy y hambre para mañana.
Mientras tanto, ¿no podemos hacer pruebas nucleares en Berlín?.
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