martes, 16 de noviembre de 2010

El Sansón de Extremadura

Siempre me ha fascinado que el Sansón de Extremadura no fuera más conocido. Éste fue un militar español de los siglos XV y XVI, al servicio Fernando el Católico y de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.

Este trujillano participó en la toma del Reino de Granada desde 1483, donde se significó por sus proezas. Allí se hizo amigo del Gran Capitán, a cuyas órdenes estuvo en casi toda su carrera militar.

Una vez finalizada la toma de Granada fue a Italia, donde fue guardaespaldas del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borja) y capitán de las tropas del hijo de éste, Cesar Borgia. Tras un lance de honor en la que cortó de un tajo la cabeza de un capitán italiano, dejó a los Borgia para ofrecer sus servicios mercenarios a otras familias nobles de aquel país.

Marchó, bajo bandera española a Grecia, donde participó en el sitio de Cefalonia, donde cayó preso y fue liberado por el Gran Capitán, no sin antes haber resistido él solo, durante tres días, el asedio de los turcos, de los que se llevó por delante a una buena cantidad, en una gesta en la que demostró de nuevo su gran potencial físico.

En 1501 volvió a estar al servicio de César Borgia en la conquista de la Romagna (donde coincidió con Da Vinci, en su faceta de ingeniero militar) y posteriormente de Fernando el Católico, en la segunda campaña de Nápoles. Participó en batallas como las de Garellano y Ceriñola, que darían nombre a sendos regimientos de infantería española (el de Ceriñola nº 42 prácticamente exterminado en el desastre de Annual).

Tras las campañas de Italia volvió a España con el título de marqués de Colonetta, otorgado por Fernando el Católico en reconocimiento a sus meritos. Duraría poco tiempo esta situación, pues las intrigas cortesanas contra Gonzalo Fernández de Córdoba le obligaron en numerosas ocasiones a batirse e incluso a retar ante el rey a nobles italianos (que no osaron aceptar el reto). El desencanto con el rey Católico le llevó a enrolarse como corsario, y acabando en prisión tras ser apresado en Cerdeña.

Con el perdón real participó en la conquista del norte de África (Trípoli, Orán, etc), en la aniquilación del ejército de Venecia en la batalla de Vicenza, además de en la famosa batalla de Pavía donde se hizo preso al rey de Francia.

Durante los actos de coronación de Carlos I, en Bolonia ya con el grado de coronel, murió a consecuencia de la caída de su caballo en una exhibición ecuestre. Su fama es reconocida por Cervantes en El Quijote, comparándola con El Cid, Viriato o Alejandro Magno. Los restos de este forzudo leal se encuentran en Trujillo.

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