viernes, 2 de julio de 2010

La penúltima de Don Pepín

Aquí el paladín de los recortes se ha descolgado con otra nueva perla. En esta ocasión se ha propuesto eliminar las Diputaciones provinciales. Mediante un impulso del más puro estilo “socialisto” se le ha ocurrido que estos entes no deben valer para mucho. La ignorancia es muy valiente.


El muchacho no debe haber consultado sobre el papel que, especialmente para los pequeños municipios, juegan las Diputaciones. Para una gran ciudad es muy fácil contratar y hasta pagar proyectos de alcantarillado, iluminación o mantener sus calles, pero para pueblos de los de menos de mil habitantes, que en España son 4861 de los 8122 municipios españoles, las cosas no son tan fáciles: sólo el proyecto de impacto ambiental de cualquier obra puede suponer un porcentaje muy considerable de ésta. El asfaltado de un camino local que une al pueblo con la carretera comarcal, puede ser imposible de ejecutar para estas economías. Para esto y mucho más están las Diputaciones. Bien es cierto que una carretera que sólo usan unos centenares de vecinos no es muy rentable económicamente, pero a veces a estos mismos políticos se les llena la boca diciendo que no hay españoles de primera y de segunda (claro que esto sólo lo hacen para enfrentar a unas autonomías contra otras).

Yo tenía entendido que redistribución de la riqueza, equidad y solidaridad eran pilares básicos de las “izquierdas”, pero a lo mejor el Ministro debería leer a Marx, y no me refiero solo a Groucho.

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